La pornografía tiene un impacto concreto, y se le tiene que poner fin concretamente para que la mujer se libere
Rigel Kane | 2 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Muchas personas piensan que la pornografía no tiene nada de malo. Dicen que es solamente una “fantasía”. Si usted piensa igual o si no está seguro(a) cómo responder a dicha opinión, le hago los tres siguientes comentarios.
1. Las personas que aparecen en el porno son personas en verdad. Se produce en la vida real. Son personas en verdad, y en particular mujeres en verdad, las que le están proveyendo su “fantasía” — en verdad las estrangulan, las cachetean, las atan, les echan eyaculaciones, les penetran por múltiples orífices muchos hombres al mismo tiempo hasta herirlas, les dicen insultos racistas, y las llaman putas, perras y cosas peores.
2. Existe en la vida real esta sociedad que hace pensar que la pornografía “no es gran cosa”. Es una sociedad capaz y culpable de esclavizar, de explotar a las personas por ganancias, de librar guerras para controlar recursos y de tratar a la mujer como propiedad. Es la misma sociedad que ofrece novias por encargo, que convierte en prostitutas a muchachas de 11 o 12 años, que justifica la violación y niega a la mujer el derecho de decidir sobre su propia reproducción. La demanda por la pornografía es una reflexión de una sociedad que ha erotizado y mercantilizado la humillación y la subyugación de la mujer, y que fomenta y aviva aún más la demanda por esta degradación y deshumanización efectivamente concreta.
3. Las fantasías que el porno le provoca tienen un impacto concreto. Si usted consume pornografía, efectivamente borra su empatía hacia la mitad de la humanidad. Erosiona su capacidad de considerar a una mujer como un pleno ser humano y algo más complejo o valioso que un objeto para la gratificación sexual. Un receptáculo. Esa actitud facilita que usted acepte los ultrajes —y le convierte en un contribuidor a tales ultrajes— que se cometen a diario contra la mitad de la humanidad que es femenina. Hace muy difícil que usted tome partido con la mujer.
No importa el género de usted ni su origen. Si alguna vez en su vida una mujer le ha afectado y usted la ha admirado como una persona —no solamente “como mujer”—, usted debe reconocer la realidad de lo que es la pornografía y lo que hace, sus raíces sociales y su función de enseñar a millones de personas a aceptar lo inaceptable. No solo debe dejar de consumirla sino también sumarse a la lucha de poner Fin a la Pornografía y el Patriarcado: La Esclavitud y la Degradación de la Mujer (página web en inglés).
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